En buena compañía

Que grata sorpresa la mía!! Pues acabo de dejar a Yvonne en el camarote durmiendo un ratito, me pillo el ordenador y me siento en una mesita de uno de los muchos bares que tiene el ferry en el que nos encontramos ahora mismo.

Mi idea no era otra que pasar las fotos del día de hoy al ordenador y ver una película. Pero me ha dado por curiosear la remota posibilidad de que hubiera internet en el barco y...aquí estamos!!! y encima gratis, y va muy bien de velocidad.

Así que vamos a poder relataros las horas tan agradables que hemos pasado en compañía de Fernando y Raquel.

Nos encontramos con ellos ayer en su hotel, estaba justo al lado del nuestro, y dimos un paseito por el centro y una cenita ligera.

Hoy hemos paseado toda la mañana con ellos por Oslo, visitando sitios que ya habíamos visto estos días, pero que gusto ir charlando y contándonos cosas.

Después de volver a visitar la Opera y la zona de Aker Briged, hemos comido juntos, nos han acompañado hasta el hotel para recoger las cosas, montar la moto y despedirnos.

Pues mientras estábamos en el hotel preparando todo para la salida hacia el puerto, ha caído un tormentanzo en Oslo que me recordó al de París. Vaya tela la que ha caído en un momento, menos mal que no nos ha pillado en la cola para embarcar, porque nos habría puesto sopas.

La verdad que esto es un lujo. Os sitúo. Ahora mismo Yvonne está en el camarote durmiendo que estaba cansadita, y yo me encuentro pegado a una venta enorme del barco, sentado en un sofá, con mi mesita, y atravesando todo el fiordo de Oslo, que son miles de islas pequeñas, todas esparcidas, pero muy cercanas entre ellas, creando un paisaje muy particular.

Sinceramente, me hacía ilusión escribir una crónica así. Pudiendo contar algo del viaje a la vez que lo estuviera viviendo. Y esta es la ocasión. Ahora intentaré colgar alguna fotos que hemos hecho desde la cubierta del barco para que os hagáis una idea.

Del plan de mañana ya está todo contado, como os dije ayer. Estaba mirando ahora el mapa y es un gustazo que prácticamente en menos de 24 horas nos plantemos de Oslo a Berlín. Son un montón de kms, que se disfrutan de otra manera, porque además el tiempo acompaña hasta el punto que creo que vamos a presenciar una puesta de sol espectacular, porque está totalmente despejado.

Voy a seguir disfrutando del paisaje, porque apetece estar fuera al solecito, que hay una tumbonas estupendas.

Besos y abrazos desde el Mar del Norte.